Escribe el compañero: Ing. Jorge Osvaldo Bazán
Representante de Formosa ante el Consejo Federal de Comunicación Audiovisual
Esta semana entrará en vigencia la revolucionaria Ley 26.522 de Medios de Comunicación Audiovisual que fuera votada por amplia mayoría en el Congreso, concluyendo así con el público debate sobre la existencia de derechos adquiridos, el control del espacio radioeléctrico, la limitación a la concentración de medios y la regulación de contenidos en radio y televisión.
La historia comienza aquel lejano 17 de octubre de 1951, cuando nacía Canal 7 con la primera transmisión televisiva desde la Plaza de Mayo, después del histórico renunciamiento de Eva Perón. En 1958, Córdoba, Mendoza y Mar del Plata, contaron con los primeros canales del interior. En 1960, aparecían Canal 9, Canal 11 y Canal 13, utilizando ese espacio radioeléctrico que siempre fue, es y será, de dominio público, como las aguas del bañado La Estrella.Con el regreso al poder del peronismo, en 1973, apelando a dicho principio, se declaran vencidas las licencias y la televisión se vuelve estatal. El golpe militar de 1976 barrió con la Corte Suprema de la Democracia, pero los dueños de los canales no lograron que ni siquiera los jueces de facto les reconocieran los supuestos “derechos adquiridos”. Canal 13 pasó a ser controlado por la Marina, y en 1980 se dictaba el Decreto-Ley 22.285, inspirado en la Doctrina de la Seguridad Nacional. Se creaba como Autoridad de Aplicación el COMFER de siete miembros, tres de los cuales debían pertenecer a las fuerzas armadas, organismo que fue intervenido por Raúl Alfonsín en 1983, que no obstante dicha medida, no pudo o no supo o no quiso confrontar con el statu-quo vigente en materia de radiodifusión, hasta que llegó Carlos Menem, que profundizó lo que ni siquiera los militares se habían atrevido a hacer, privatizando los canales porteños, y derogando la normativa que impedía que los medios gráficos pudieran contar con medios audiovisuales. En la hora triunfal del neoliberalismo, con el proceso de concentración en pleno auge, el espacio radioeléctrico volvió a ser manejado discrecionalmente. El próximo jueves 10, comienza otra historia. Desaparece el COMFER y nace la Autoridad Federal de Comunicación Audiovisual, con un Consejo Federal de 38 miembros, donde las provincias tendrán un rol preponderante en el diseño de la política para el control del espacio radioeléctrico, la regulación de los contenidos y la limitación a la concentración de medios. Como en Francia, Canadá o México, el Estado recobra su rol fundamental e irrenunciable. Comienza otra lucha, que promete ser durísima, en proporción a los enormes intereses en juego.
La historia comienza aquel lejano 17 de octubre de 1951, cuando nacía Canal 7 con la primera transmisión televisiva desde la Plaza de Mayo, después del histórico renunciamiento de Eva Perón. En 1958, Córdoba, Mendoza y Mar del Plata, contaron con los primeros canales del interior. En 1960, aparecían Canal 9, Canal 11 y Canal 13, utilizando ese espacio radioeléctrico que siempre fue, es y será, de dominio público, como las aguas del bañado La Estrella.Con el regreso al poder del peronismo, en 1973, apelando a dicho principio, se declaran vencidas las licencias y la televisión se vuelve estatal. El golpe militar de 1976 barrió con la Corte Suprema de la Democracia, pero los dueños de los canales no lograron que ni siquiera los jueces de facto les reconocieran los supuestos “derechos adquiridos”. Canal 13 pasó a ser controlado por la Marina, y en 1980 se dictaba el Decreto-Ley 22.285, inspirado en la Doctrina de la Seguridad Nacional. Se creaba como Autoridad de Aplicación el COMFER de siete miembros, tres de los cuales debían pertenecer a las fuerzas armadas, organismo que fue intervenido por Raúl Alfonsín en 1983, que no obstante dicha medida, no pudo o no supo o no quiso confrontar con el statu-quo vigente en materia de radiodifusión, hasta que llegó Carlos Menem, que profundizó lo que ni siquiera los militares se habían atrevido a hacer, privatizando los canales porteños, y derogando la normativa que impedía que los medios gráficos pudieran contar con medios audiovisuales. En la hora triunfal del neoliberalismo, con el proceso de concentración en pleno auge, el espacio radioeléctrico volvió a ser manejado discrecionalmente. El próximo jueves 10, comienza otra historia. Desaparece el COMFER y nace la Autoridad Federal de Comunicación Audiovisual, con un Consejo Federal de 38 miembros, donde las provincias tendrán un rol preponderante en el diseño de la política para el control del espacio radioeléctrico, la regulación de los contenidos y la limitación a la concentración de medios. Como en Francia, Canadá o México, el Estado recobra su rol fundamental e irrenunciable. Comienza otra lucha, que promete ser durísima, en proporción a los enormes intereses en juego.
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