La presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su colega de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, minimizaron ayer las diferencias comerciales bilaterales, acordaron presentar una posición en común en la Cumbre del G-20, y cuestionaron el fondeo de bancos que, ante la crisis internacional, "no se sabe si siguen teniendo fondos".
Frente a empresarios brasileños, Fernández sostuvo que "la reindustrialización de la Argentina necesita de la comprensión e inteligencia de ustedes", advirtió que "la integración debe ser ventajosa para ambas partes" y remarcó que "cuando hay intereses, las discusiones y diferencias siempre pasan".
"La inteligencia que tenemos que tener Argentina y Brasil es saber dónde somos más competitivos cada uno y asociarnos en forma estratégica no sólo a nivel regional sino mundial", dijo la jefa de Estado al clausurar, junto con su par brasileño, un seminario en la Federación de Industriales del Estado de San Pablo (FIESP).La Presidenta afirmó que "la Argentina tiene un déficit estructural con el Mercosur que viene desde hace años", al tiempo que sostuvo que "pretender equiparar las licencias no automáticas con medidas proteccionistas es hacer un ejercicio intelectual de reduccionismo".Recordó que en Brasil hasta los gobiernos dictatoriales "siempre concibieron la necesidad de desarrollar la industria y la economía como cuestión estratégica" y dijo que "los argentinos no tuvimos esa suerte".También destacó el "proceso de industrialización que iniciamos en 2003" que permitió al país "crecer un 66 por ciento" desde entonces.En la misma línea, Lula Da Silva sentenció que "no hay salidas individuales, más aún en el actual escenario de crisis" y destacó que "Argentina y Brasil están destinados a entrelazar intereses económicos y visiones políticas"."La grandeza de la industria brasileña no puede ser obstáculo para el desarrollo de la industria argentina. Creo que los industriales brasileños ya entendieron que de nada sirve un Brasil rico, si alrededor hay países sin desarrollo", subrayó el mandatario del principal socio del Mercosur.La Presidenta argentina llegó anteanoche a San Pablo en medio del malestar de los industriales brasileños por algunas barreras comerciales impuestas para el ingreso de sus productos a la Argentina.En la mañana de ayer, durante un encuentro de una hora con su colega brasileño, se repasaron cuestiones referidas a estas diferencias comerciales pero también a delinear una postura común para llevar a la próxima reunión del Grupo de los 20 que se celebrará a principios de abril en Londres."Argentina y Brasil llegarán con más autoridad moral que los países ricos porque no sucumbieron al canto de sirena del neoliberalismo y mantuvimos la regulación del Estado, fortaleciendo el mercado interno de consumo", aseveró Da Silva.El mandatario brasileño remarcó que "el principal reto" es revertir la falta de fondos para la inversión y la producción debido a la actual crisis internacional y también reclamó "mayor participación de los países en desarrollo" en las instituciones financieras como el FMI o Banco Mundial.Fernández de Kirchner, por su parte, subrayó la necesidad de que en la próxima reunión del G-20 "los países desarrollados asuman su cuota de responsabilidad por la crisis" y consideró que "no se puede seguir fondeando bancos en crisis, sino que hace falta fondos para proyectos de infraestructura en las economías emergentes"."Es cierto que la principal preocupación es rehabilitar el crédito, pero también restablecer la demanda global", sentenció la mandataria argentina.Luego, sostuvo que "sin consumo no hay capitalismo".La jefa de Estado sostuvo que "no hay posibilidad de un capitalismo serio y racional, si el sector financiero no se entrelaza con la producción y el mercado interno"
"La inteligencia que tenemos que tener Argentina y Brasil es saber dónde somos más competitivos cada uno y asociarnos en forma estratégica no sólo a nivel regional sino mundial", dijo la jefa de Estado al clausurar, junto con su par brasileño, un seminario en la Federación de Industriales del Estado de San Pablo (FIESP).La Presidenta afirmó que "la Argentina tiene un déficit estructural con el Mercosur que viene desde hace años", al tiempo que sostuvo que "pretender equiparar las licencias no automáticas con medidas proteccionistas es hacer un ejercicio intelectual de reduccionismo".Recordó que en Brasil hasta los gobiernos dictatoriales "siempre concibieron la necesidad de desarrollar la industria y la economía como cuestión estratégica" y dijo que "los argentinos no tuvimos esa suerte".También destacó el "proceso de industrialización que iniciamos en 2003" que permitió al país "crecer un 66 por ciento" desde entonces.En la misma línea, Lula Da Silva sentenció que "no hay salidas individuales, más aún en el actual escenario de crisis" y destacó que "Argentina y Brasil están destinados a entrelazar intereses económicos y visiones políticas"."La grandeza de la industria brasileña no puede ser obstáculo para el desarrollo de la industria argentina. Creo que los industriales brasileños ya entendieron que de nada sirve un Brasil rico, si alrededor hay países sin desarrollo", subrayó el mandatario del principal socio del Mercosur.La Presidenta argentina llegó anteanoche a San Pablo en medio del malestar de los industriales brasileños por algunas barreras comerciales impuestas para el ingreso de sus productos a la Argentina.En la mañana de ayer, durante un encuentro de una hora con su colega brasileño, se repasaron cuestiones referidas a estas diferencias comerciales pero también a delinear una postura común para llevar a la próxima reunión del Grupo de los 20 que se celebrará a principios de abril en Londres."Argentina y Brasil llegarán con más autoridad moral que los países ricos porque no sucumbieron al canto de sirena del neoliberalismo y mantuvimos la regulación del Estado, fortaleciendo el mercado interno de consumo", aseveró Da Silva.El mandatario brasileño remarcó que "el principal reto" es revertir la falta de fondos para la inversión y la producción debido a la actual crisis internacional y también reclamó "mayor participación de los países en desarrollo" en las instituciones financieras como el FMI o Banco Mundial.Fernández de Kirchner, por su parte, subrayó la necesidad de que en la próxima reunión del G-20 "los países desarrollados asuman su cuota de responsabilidad por la crisis" y consideró que "no se puede seguir fondeando bancos en crisis, sino que hace falta fondos para proyectos de infraestructura en las economías emergentes"."Es cierto que la principal preocupación es rehabilitar el crédito, pero también restablecer la demanda global", sentenció la mandataria argentina.Luego, sostuvo que "sin consumo no hay capitalismo".La jefa de Estado sostuvo que "no hay posibilidad de un capitalismo serio y racional, si el sector financiero no se entrelaza con la producción y el mercado interno"
Fuente: Diario La Mañana
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